Artículo original no Xornal.com.
Raquel Pazos. Actualizado 20/06/2010 - 00:37 h
“Sen a escola, a vila morre”. Este es uno de los argumentos que mantiene Maricarmen, una vecina de Cervantes –en Lugo– para mantener el colegio de Donís, donde estudia su hijo junto con otros cuatro compañeros.
El próximo año, el hecho de ser cinco, y no seis, los alumnos que estudian en el CEIP de Donís, hará que el centro eche el cierre, ya este mismo verano. La situación ha empeorado en las últimas semanas. Si a principios de año había rumores de que la Xunta podría clausurar el colegio, la delegación de Lugo apostó por mantenerlo abierto un año más, hasta que el mayor de los alumnos pasase a la ESO. Sin embargo, la Consellería de Educación ha roto este acuerdo en las últimas semanas.
“Avisáronnos hai quince días, pero aínda non hai nada por escrito”, mantiene Maricarmen. Los padres están “indignados”, señala. “Pagaremos un profesor se Educación non está de acordo con manter o centro”. Según revela esta mujer, ya han hablado de acciones contra el cierre. “Estamos dispostos a facer o que faga falta”.
Y es que ante esta situación, la alternativa que ofrece la Xunta pasa por enviar a los cinco niños al colegio de Navia, el más cercano para esta aldea de Cervantes. Sin embargo, la proximidad es relativa y es que el trayecto de casa al nuevo colegio es de 53 minutos de ida y otros tantos de vuelta.
Casi dos horas de viaje que los pequeños deberán hacer con el “perigo extra” de vivir en la alta montaña lucense, recuerda el sindicalista Francisco Legaspi, de STEG. “Na Fonsagrada cada ano perden 25 días de clase –explica–, nestas escolas, o periodo é aínda superior”.
“Pola tele, din que queren manter o rural, pero así van conseguir que morra; estes lugares non se poden comparar coa cidade”, afirma Maricarmen. Desde STEG mantienen una postura similar. “Non hai aforro real”, sentencian y recuerdan que el próximo curso este colegio, que cuenta incluso con comedor y aulas de sobra, “vai quedar para as silvas e os toxos”.
Raquel Pazos. Actualizado 20/06/2010 - 00:37 h
“Sen a escola, a vila morre”. Este es uno de los argumentos que mantiene Maricarmen, una vecina de Cervantes –en Lugo– para mantener el colegio de Donís, donde estudia su hijo junto con otros cuatro compañeros.
El próximo año, el hecho de ser cinco, y no seis, los alumnos que estudian en el CEIP de Donís, hará que el centro eche el cierre, ya este mismo verano. La situación ha empeorado en las últimas semanas. Si a principios de año había rumores de que la Xunta podría clausurar el colegio, la delegación de Lugo apostó por mantenerlo abierto un año más, hasta que el mayor de los alumnos pasase a la ESO. Sin embargo, la Consellería de Educación ha roto este acuerdo en las últimas semanas.
“Avisáronnos hai quince días, pero aínda non hai nada por escrito”, mantiene Maricarmen. Los padres están “indignados”, señala. “Pagaremos un profesor se Educación non está de acordo con manter o centro”. Según revela esta mujer, ya han hablado de acciones contra el cierre. “Estamos dispostos a facer o que faga falta”.
Y es que ante esta situación, la alternativa que ofrece la Xunta pasa por enviar a los cinco niños al colegio de Navia, el más cercano para esta aldea de Cervantes. Sin embargo, la proximidad es relativa y es que el trayecto de casa al nuevo colegio es de 53 minutos de ida y otros tantos de vuelta.
Casi dos horas de viaje que los pequeños deberán hacer con el “perigo extra” de vivir en la alta montaña lucense, recuerda el sindicalista Francisco Legaspi, de STEG. “Na Fonsagrada cada ano perden 25 días de clase –explica–, nestas escolas, o periodo é aínda superior”.
“Pola tele, din que queren manter o rural, pero así van conseguir que morra; estes lugares non se poden comparar coa cidade”, afirma Maricarmen. Desde STEG mantienen una postura similar. “Non hai aforro real”, sentencian y recuerdan que el próximo curso este colegio, que cuenta incluso con comedor y aulas de sobra, “vai quedar para as silvas e os toxos”.
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