domingo, 3 de enero de 2010

O Castro (5/6)

Quinta entrega del trabajo de Don Enrique da Corredoira sobre O Castro.

Datación y final

En qué momento de la historia se puede situar la existencia de este castro? Teniendo en cuenta que se trata de un castro antiguo, anterior sin duda a la época romana y de las minas de las Covas de Castañedo y tantas otras como abundan por la zona, se puede decir por de pronto que su datación hay que establecerla antes de Cristo. ¿Cuándo exactamente? A falta de excavaciones y de análisis, está claro que no se puede responder a esta taxativa pregunta, pero, por lo que se sabe de otros castros y más recientemente por el del Chao de Samartín, en Grandas de Salime, al que las pruebas del Carbono 14 sitúan en torno al siglo X antes de Cristo, lo mismo cabría afirmar de este castro. Es muy posible, pues, que cuando Cristo vino al mundo ya este poblado tuviera muy cerca de los mil años de existencia. Lo que desconocemos es las vicisitudes que habrá corrido a través de los siglos. Los fuertes sistemas de defensa muestran que vivió rodeado de enemigos, de los cuales era necesario defenderse por todos los medios. La ampliación del espacio habitado, sin embargo, que en dos ocasiones hubo de ser modificado, da a entender que gozó de prosperidad y que su población fue en aumento. Practicantes como eran de la agricultura y de la ganadería, sin duda que cultivaron las ricas tierras de alrededor, llegando incluso por la parte de Villabol (entonces no existente) al Rigueiro da Marcada, a donde por Nabedo y por el Travesedo, todavía alcanzaban las fincas de Xegunde en tiempos históricos. En tiempos de los romanos, cuando Augusto conquista el noroeste peninsular, con Cantabria, Asturias y Galicia, y empieza la explotación masiva de las minas en busca del oro, de cuya industria quedan abundantes pruebas en la comarca y zonas adyacentes, el castro de Xegunde por fuerza debió de ser ocupado. ¿También destruido? No lo sabemos, pero la aparición en la calicata antes aludida que se realizó en una casa del Recinto B, de grandes trozos de carbón, según parece de madera de roble, y la punta posiblemente de una pica o lanza, pudieran sugerir un final trágico para el castro. De todas formas, esto no pasa de ser una hipótesis y, aun cuando el hecho del fin trágico fuera cierto, no tuvo necesariamente por qué ser en tiempo de los romanos; pudo muy bien ocurrir, por ejemplo, cuando la invasión de los pueblos germánicos, tal vez los suevos (principios del sigloV). No ciertamente en tiempo de los moros, que ni siquiera pasaron por aquí, por más que la imaginación popular sitúe todo lo antiguo en tiempo de los moros.

Lo que se puede decir, con gran verosimilitud, es que el castro de Xegunde, de haber existido hoy como poblado, tendría tras de sí una historia de unos 3000 años.


Escribió: Enrique López Fernández
Colaboraron en la toma de las medidas del castro: Félix Ordás Iglesias y José Argul Folgueiras.

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