Nosotros también :) y en este blog, que lleva el mismo título (Prefiero montaña), encontramos esta entrada sobre Fonsagrada, Xegunde, Villabol y el Castro de Xegunde, que reproducimos a continuación:
Uno de los mayores alicientes
del turismo rural es salir de descubierta. Es decir, encontrar lugares
en los que la masificación no ha transformado sus auténticas raíces. Y aunque a veces pudiera parecer que esto es ya completamente imposible, no es así. Galizia, la tierra de las mil danzas, tiene rincones que se mantienen vírgenes, o casi. Afortunadamente sus gentes acogedoras
están siempre bien dispuestas hacia el visitante que llega tal vez por
casualidad y su hospitalidad y atenciones son la guinda de un pastel que
se adivina dulce en cuanto la mirada entra en contacto con sus
paisajes.
Paisajes que en Fonsagrada y Xegunde, no son precisamente plácidos. Tierras fuertes,
lugares donde el ritmo de la vida ha sido principalmente ganadero y
agrícola; parajes donde las comunicaciones no siempre han sido fáciles. Y
probablemente eso es lo que configura los cimientos de su atractivo presente.
Fontem Sacratam, a 952 metros sobre el nivel del mar en la provincia de Lugo. Fue significativa en el Camino Primitivo de Santiago
que entra a Galicia precisamente por este municipio. Su historia, como
tantas otras, es la historia del abuso de poder de reyes que ya son sólo
olvido o deberían serlo. Su presente, es hermoso. A pocos kilómetros de Fonsagrada, Xegunde, pequeño lugar donde residen de forma estable unas 32 personas aunque en verano pueden llegar al centenar.
Increíble Xegunde. A tan sólo unos cien metros, el castro de Xegunde cae en el olvido, no de sus lugareños pero si de las autoridades que muchas veces no conceden el valor adecuado al patrimonio que es de todos. En la vecina Villabol de Suarna,
tienen sus mil y una historias acerca de este castro y de las
connotaciones que lo unen a ambos poblados. Por si el castro no fuera en
si mismo un punto de interés invaluable, los paisajes, los montes, saltos de agua y todo el entorno, es una maravilla que mientras siga pasando casi desapercibida seguirá siendo el paraíso rural que es en la actualidad.
También Villabol tiene su castro, y las casas y la senda dos Moros o As Covas da Castañedo, como prefieras. Todo lo que puedes conocer en estos bellos parajes te sorprenderá. Y entrarás en contacto con su peculiar gastronomía, por ejemplo el jamón de porco celta,
raza autóctona cuya carne es de muy diferentes características al cerdo
convencional. Los jamones, alargados, necesitan dos años de curación
pero puedo asegurarte que merece la pena.
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