El albergue, el polideportivo y las posadas de A Fonsagrada registraron llenos a lo largo de esta semana y se preparan para un año Xacobeo con cientos de peregrinos
Una ruta abrupta, con grandes pendientes, con una niebla que hace acto de presencia en los momentos menos esperados y con múltiples desniveles que complican la travesía. Así se presenta el camino primitivo a Santiago de Compostela. Uno de los más bonitos y, a la vez, de los que requiere mayor preparación física. Su dificultad hace que esté entre los menos frecuentados por los peregrinos. Este año, en cambio, el Xacobeo empieza a notarse en su primera parada en Galicia. Durante el jueves y el viernes, Fonsagrada, se llenó de peregrinos y hubo que habilitar, incluso, el pabellón municipal.
La escarpada ruta por la que discurre el camino primitivo la convierte en una de las más difíciles. Los montes limítrofes que unen Galicia con Asturias cuentan con grandes desniveles. El puerto de O Acevo y el de Montefurado, en Asturias, son, según indican los peregrinos que estos días van hacia Santiago, los más complicados. En ellos, las subidas se complican por su longitud. La niebla, por su parte, cuando hace acto de presencia impide ver.
Perdidos en invierno
Así, es muy común que se den situaciones como las que ahora recuerda Beatriz Lastra, encargada de la oficina de atención al peregrino. Según dice, es común, sobre todo en la temporada de invierno o comienzos de la primavera, que algunos peregrinos se pierdan subiendo O Acebo. «Van avanzando y, como apenas se ve nada, de pronto empiezan a oír el ruido que hacen los aerogeneradores que hay en la zona, se acercan hacia ellos y, cuando se dan cuentan están fuera de la ruta», afirma.
A este tipo de problemas hay que añadir las ya comunes ampollas y agujetas. A unos, como es el caso de Ignacio Egea, un madrileño que camina solo, las heridas en los pies se le han unido y afirma con ironía no sentirlas ya. A otros se les ve caminar con los talones. La parte del pie menos dañada. Las irregularidades del terreno, por su parte, multiplican las lesiones. Esguinces de tobillo, ligeras magulladuras y situaciones provocadas por algún que otro resbalón que es mejor olvidar. Aún con humor, recuerda Lastra a una peregrina que llegó hace unos meses a la oficina con un olor un tanto sospechoso.
«Había resbalado en heces de vaca, cayó encima de ellas y vino con un aroma un tanto molesto», indica con humor. La visitante, adaptada a todo tipo de situaciones, se acercó hasta la gasolinera de la localidad y, con la ropa que llevaba puesta, cogió la manguera del agua, y limpió su cuerpo como si de un coche se tratase.
Los riesgos de esta etapa hacia Santiago, no evitan que la ruta cuente cada día con más peregrinos. En el albergue de la localidad, con 24 plazas, han registrado varios llenos en el último mes. Dos de las posadas de A Fonsagrada, Cantábrico y Café Manolo, también estaban llenas el jueves pasado. Estas circunstancias han obligado a Protección Civil, encargada de velar por los peregrinos a su paso por A Fonsagrada a habilitar, el polideportivo municipal. En él suelen meter a grandes grupos que, por su tamaño, no caben en el albergue. El jueves, por ejemplo, durmieron en estas instalaciones cerca de 100 personas.
Gran servicio a los peregrinos
Esta llegada masiva de peregrinos también influye en las necesidades de todos aquellos puntos de información dedicados a la atención al peregrino. En la oficina en la que trabaja Beatriz Lastre las diferentes iniciativas del párroco de la localidad ofrecen un gran servicio a los peregrinos. ?Este local, situado en un lateral de la iglesia de A Fonsagrada, además de proporcionar al caminante las tradicionales guías de albergues que suministra la Xunta, también concede al peregrino un botellín de agua de forma gratuita.
El resultado de la afluencia de estos días es que, en una semana, ya han regalado unos 190 botellines. Las existencias, en ocasiones no son suficientes para el número de visitantes que pasan por el lugar.
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